El Bosco - Gula |
Comer y beber cuando tenemos hambre y sed es una necesidad cuya satisfacción produce placer. Pero comer y beber en exceso sin necesidad, transformándose en el único objetivo de la vida es otra cosa.
La gula es el deseo de comer y beber sin medida, sin control. El deleite inicial se va convirtiendo en algo patológico. La gula no es solo una falta falta moral, sino también higiénica, es el descuido de sí mismo, el abandono, el dejarse llevar por el deseo, convirtiéndolo en amo y señor de sí mismo, una forma de esclavitud y una falta de higiene que tiene consecuencias no solo morales como la autodestrucción, sino también patológicas. Es una forma de dependencia con trastornos como anorexia, bulimia, alcoholismo.
Nada más triste que ver a alguien comer hasta hacerse daño sin poder o querer dejar de hacerlo, cómo compadecemos a aquellos que beben inmoderadamente en una clase de autodestrucción. Esclavos del deseo, no pueden o no quieren dejar de hacerlo, son víctimas de sí mismos a causa de no poder controlarse.
El Bosco ilustró este vicio con dos hombres que comen y beben sin parar, se dan un festín al que sin duda están acostumbrados a juzgar por sus dimensiones. Un niño los observa tratando de conseguir alguna de sus viandas. El niño está obeso como su padre debido al la conducta poco ejemplar de su mayor.
La virtud que corresponde a este vicio o pecado es la templanza, también llamada moderación o continencia. Es una de las virtudes principales que hace libres a quienes son esclavos. Nada mejor que beber un vaso de agua cuando tenemos sed, pero también una copa de buen vino cuando estamos comiendo. Pero ya está. Podemos dejar de comer cuando queramos y lo mismo de beber. La templanza o el control de sí convierte el placer en más puro, más bueno, más libre.
No se trata de no gozar, sino en gozar mejor, en preferir la calidad a la cantidad, en liberarse del amo y señor que domina al intemperante, gozar con mesura y el ánimo bien temperado. La templanza es una excelencia, un poder, una fuerza. En suma: una virtud esencial y una bella palabra.
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