viernes, 23 de agosto de 2013

En busca de sentido







Una de las obras más conocidas y leídas de Viktor Frankl es El hombre en busca de sentido, además una de las 10 obras más influyentes en Norteamérica según la Library of Congress en Washington.
El autor la escribió al acabar la Segunda Guerra mundial debido a la necesidad que sentía de narrar su experienci, como la de tantos otros, en los diversos campos de concentración en los que fue confinado. El editor dispuso que además de esa experiencia, narrara los principios básicos de la terapia que estaba naciendo a partir de aquella extrema situación, la Logoterapia. El libro se publicó por primera vez en Alemania en 1946.
Habla de dos temas básicos: su experiencia en el campo y la Logoterapia.
La experiencia en el campo la estructura en el traslado, la estancia y la liberación. Todo lo que ha sido narrado por otros prisioneros, sólo que una experiencia personal que comenzaba por la detención y traslado hacia los diversos destinos de tantos seres humanos tratados tan indignamente. Vagones donde se hacinaban 80 personas, sin poder ver la luz, dentro de los cuales tenían que hacer sus necesidades. Luego la llegada y las primeras selecciones que conducían a dos caminos distintos: al trabajo y a las cámaras de gas.
Y la vida en el campo tan cruel, tan humillante, tan despiadada. El prisionero tenía la tentación de "lanzarse contra las alambradas", o sea de suicidarse para evitar toda aquella miseria y espanto. Uno se sentía desnudo, sin ningún bagaje, sin nada que esperar. Cuenta el día a día de su estancia dejando de paso lo más tremendo y centrándose en lo más cotidiano.
La liberación, en contra de lo que podría parecer, no fue tampoco un momento alegre, sino de desorientación, de desconcierto. Con el agravante de que su esposa murió en otro campo, pero en el momento de la liberación, al ser pisoteada por la multitud.
De toda esta experiencia, fue creando la Logoterapia. Y es que vio que, a pesar de cualquier situación por extrema que sea, nadie te puede arrebatar la dignidad ni la libertad. No somos libres para elegir lo que nos pasa, pero sí para elegir el modo en que reaccionamos ante lo que nos pasa, por muy malo que sea. Por eso soportamos el sufrimiento y tratamos de darle sentido. Hizo suya la expresión de Nietzsche. "Quien tiene un porqué para vivir, encontrará el cómo".
El hombre debe encontrar una razón para vivir incluso en las situaciones más extremas de sufrimiento basado en su dimensión espiritual. 
La Logoterapia trata de dar un sentido a la existencia humana y una condición fundamental es el amor.

  

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