jueves, 31 de enero de 2013
Sabiduría oriental
Una mujer fue una vez a ver al Buda, trastornada por la muerte de su hijo. Con el niño muerto entre sus brazos, imploró al maestro una medicina que devolviera la vida a su pequeño.
- De acuerdo -respondió-, pero primero debes traerme una semilla de mostaza.
¡Una semilla de mostaza! ¡Qué fácil! -respondió la mujer.
-Pero -agregó el Buda- debes tomarla de una casa donde nadie haya muerto.
La mujer salió corriendo a pedir una semilla de mostaza y llamó a una casa tras otra. Pero al preguntar si alguien había fallecido en la casa, la respuesta era siempre:
- Desgraciadamente sí. Los muertos son muchos, y los vivos, pocos.
Totalmente desesperada, se preguntaba dónde podría encontrar la semilla que necesitaba. Finalmente comprendió el mensaje: la muerte llega a todo el mundo; no existe escapatoria. Así pues, fue a reunirse con el Buda y dejó a su hijo en el suelo diciendo:
- Ahora sé que no estoy sola en este inmenso duelo. La muerte llega a todos.
Tradicional budista
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.....Y la vida también.
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