jueves, 30 de agosto de 2012

Locura de amor



Bernini - Éxtasis de santa Teresa

 En El Banquete y en el Fedro Platón escribió cosas muy personales acerca de la naturaleza del amor. Persigue el amor la belleza y, dado que la belleza y el bien son lo mismo, puede decirse que del mismo modo persigue el bien. El amor es amor de lo bello y lo bueno y va escalando hasta llegar a lo más puro.

"Cuando alguien, viendo la hermosura de este mundo y acordándose de la verdadera, toma alas y, una vez alado, deseando emprender el vuelo y no pudiendo, dirige sus miradas hacia arriba, como un pájaro, y descuida las cosas de esta tierra, se le acusa de estar loco; esta es, pues, de todas las formas de posesión divina, la mejor y la constituida de mejores elementos, tanto para el que la tiene como para el que se asocia a ella, y, por participar de esta locura, se dice del que ama las cosas bellas que está loco de amor".

Platón, Fedro.

martes, 21 de agosto de 2012

A propósito de Aranguren


Aranguren

Parece que han pasado mil años cuando Tierno Galván, García Calvo y López Aranguren fueron expulsados de la Universidad española por el régimen franquista. Y también da la sensación de que no hayan existido nunca. No se oye hablar demasiado de ellos, especialmente de Aranguren que dedicó su vida a la reflexión ética, que es ya un clásico aunque bastante olvidado.
Para traerlo a la memoria, recuerdo un texto del insigne profesor:

"¿Dónde encontrará el hombre esa coincidencia de las realizaciones con los proyectos, esa perfección de sí mismo en que consiste la felicidad? No puede encontrarla en la sujeción a un trabajo que no se ama. La cuestión estriba entonces -al menos por ahora, en tanto que las utopías no se cumplan- en devolver plena dignidad, sentido humano y, por supuesto, remuneración justa al trabajo, esto es, modificarlo cuanto sea menester para que puedan ponerse en él interés, vocación y amor; y en dar también sentido humano, humanista, perfeccionante, al ocio y la distracción. No, pues, opción entre una "cultura de trabajo" y una "cultura de ocio", sino cultura, a la vez de nuestro trabajo y de nuestro ocio en el marco de la ciudad. Solamente así podremos lograr, en la medida de lo asequible sobre la tierra, la máxima aspiración de los seres humanos: ser felices".

José Luis López Aranguren, Ética de la felicidad y otros lenguajes.

No sé si mi lagrimita es por Aranguren, por la dignidad del trabajo, por las utopías...

 

lunes, 6 de agosto de 2012

Piaget y el desarrollo del niño



J. Piaget

Piaget señala la necesidad de cumplir las reglas, nos parezcan o no morales. Esto forma parte de su desarrollo.

"La mayoría de las reglas morales que el niño aprende a respetar las recibe del adulto, es decir, se las dan elaboradas, y, muchas veces, elaboradas no a la medida que las va necesitando y pensadas para él, sino de una vez por todas y a través de la sucesión ininterrumpida de las generaciones adultas anteriores. De aquí proviene la extrema dificultad de un análisis que debería constituir el punto de partida entre lo que proviene del contenido de las reglas y lo que proviene del respeto que el niño siente por sus padres.
Por el contrario, en el caso de los juegos sociales más simples, nos encontramos en presencia de reglas elaboradas por los niños solos. El hecho de que estas reglas nos parezcan o no "morales" por su contenido, es poco importante. En tanto que psicólogos, debemos colocarnos, no en el punto de vista de la conciencia adulta, sino en el de la moral infantil. Así pues, del mismo modo que las realidades llamadas morales, las reglas del juego de canicas se transmiten de generación en generación y se mantienen únicamente gracias al respeto que inspiran a los individuos. La única diferencia es que en este caso se trata sólo de relaciones entre niños. Los pequeños que empiezan a jugar son iniciados por los mayores en el respeto por la ley y, por otra parte, tienden de todo corazón a esta virtud, eminentemente característica de la dignidad humana, que consiste en practicar correctamente las normas del juego".

J. Piaget, El criterio moral en el niño.