viernes, 6 de enero de 2012

El loco lúcido

Lehmbruck: Joven sentado


El texto de Nietzsche es sensacional, tan bello como trágico. La pena es no poderlo leer en alemán, no hay más remedio que pasar por el traductor y aún así es tremendo.
El loco es el único que posee lucidez en medio de la multitud que se burla de él. Es el único que advierte la importancia de la llamada "muerte" de Dios, las terribles consecuencias que le pueden sobrevenir al hombre.
La "muerte" de Dios significa la caída de los valores morales que la idea de Dios suntenta, imperantes en la cultura occidental. Por tanto Nietzsche se refiere no sólo a la decadencia de la cultura occidental, sino también a la situación del hombre moderno, hombre que no es consciente de ello y no advierte (como los que hablan en la plaza y se burlan del loco) lo que realmente le sucede: el nihilismo. 
El nihilismo es la amenaza de la nada, el vacío, algo que se produce cuando el hombre se queda sin referentes, de ahí la tragedia que advierte el loco: "¿cómo hemos podido vacíar el mar?" "¿Quién nos ha dado una esponja para borrar todo el horizonte?" "¿No sentimos el soplo del vacío sobre nuestro rostro?"...
Expresiones poéticas y terribles: han caído los valores predominantes, ascéticos, contrarios a la vida pero no han sido sustituidos por otros, los hombres ya no creen en nada, ya no hacen nada, no son capaces de superar su estancamiento nihilista ("la magnitud de este acto es demasiado grande para nosotros"). Y ésta es su situación y su enfermedad, al menos mientras no sea capaz de crear otros valores, sus propios valores vitales, que dicen sí a la vida.
Ese será el nuevo hombre, afirmativo, autónomo y creador, una superación del hombre contemporáneo mediocre, gregario y reactivo.

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